Vicente Tiburcio tiene hasta el apellido de tebeo, una de sus grandes pasiones. Desde muy crío dibujaba tebeos western empapado de pelis en blanco y negro de sábado por la tarde, pipas y otros cómics de la época. Entre ese niño y el adulto (es un decir) de ahora han pasado ya muchos años, pero lo más importante es que ese crío soñador sigue vivo en él y habiendo hecho realidad la mayoría de sus sueños. Porque Vicente no ha parado de dibujar o, mejor dicho, de crear en múltiples facetas: Dibujo, Pintura, Cómic, Diseño Gráfico, Cerámica… ¡hasta se ha atrevido con la narrativa literaria y la poesía! Y es que su espíritu no descansa ni estando quieto. Vicente Tiburcio ve la vida en formato viñeta, cuadro o relato (¿acaso es otra cosa?). Cuando acabó sus estudios de bachiller lo que más se parecía a lo que le gustaba era la carrera de Bellas Artes y sin pensárselo dos veces se trasladó a Valencia. Allí se abrió una gran etapa que desembocó en su profesionalización al mezclarse con las vanguardias de la década de los 80. Todo fue dibujo, color y Mediterráneo. Publicaciones de cómic, fanzines, radios, tv, prensa y diseño gráfico, mucho diseño en todo lo que hacía. Después vendría Madrid y Madriz, Barcelona y El Víbora y, finalmente, ese miembro de la Segunda Generación de la Escuela de Tebeo Valenciano, regresó a Murcia donde no paró de volcar viñetas y diseños como semillas en un campo árido en aquellos tiempos donde florecieron incontables éxitos y alegrías, porque, para Vicente, los clientes siempre fueron amigos con los que compartir y expresar sus nuevas ideas. Más tarde se trasladaría a la localidad de Totana buscando Naturaleza y un poco de paz después de sus etapas urbanitas, donde continuó su labor de diseñador y dibujante. Retoma los pinceles y comienza con el siglo una intensa andadura en otro de sus registros: la pintura, y expone, entre otras muchas, hasta tres muestras a la vez en su tierra natal, Cartagena. Vicente no pierde el tiempo, más bien es al contrario, el tiempo no parece poder pillarlo a él ya que se arranca con los más diversos proyectos a los que se entrega con absoluta energía, vitalidad y pasión. La meta, si la hay, es el disfrute, la expresión en sí misma, la creación y toda la emoción intensa que conlleva. La excusa es el encargo.
Vicente comparte además sus conocimientos en el campo de la enseñanza: treinta años en Enseñanzas Medias, Teoría del Diseño Publicitario en Tracor Training Center, ha impartido Dibujo y Pintura para adultos en Totana, charlas, mesas redondas y demás cursillos.
En maridaje con la tradición alfarera tan arraigada en Totana, se asocia con uno de los ceramistas decanos de allí, El Poveo, y crea toda una revolución de piezas de diferentes formatos y soportes (platos, placas, bustos, murales, cráneos, cántaros…) en la exposición itinerante CERAMICÓMIC.
Cabe decir finalmente que hay en Vicente Tiburcio en medio de esa trepidante carrera mucha reflexión. Debajo de esa aparente fachada de alegría y humor subyace mucha inquietud existencial que desemboca tras muchos años de andadura paralela espiritual (otro de los universos paralelos que convergen en Vicente) en la escritura de cientos de páginas en forma de relato, novela y poesía, publicando hasta la fecha tres libros, pero eso ya es otra historia.
Ahora, Vicente Tiburcio regresa (en realidad tras leer estas líneas se puede deducir que nunca se fue) más maduro y vital que nunca con un eterno CONTINUARÁ…

Del autor han expresado:

¡Interactúa con los colores para desvelar el contenido!

“Vicente Tiburcio, difícil de encuadrar en una palabra, aunque siempre podría decir que (por su versatilidad) es un monstruo, pero con varias cabezas. (…) Podría instalarse como tantos en el punto más brillante de su habilidad, pero siempre ha sabido cuál es la dirección en la que correr, y nunca ha dejado de hacerlo.”

Diego Vera (Periodista)

“Original, inquieto y transgresor, convulsiona el diseño gráfico en Murcia a mediados de los ochenta, despliega una incesante actividad artística durante los noventa, e inicia el siglo XXI con una atrevida y sorprendente obra pictórica. Reinterpreta y personaliza las vanguardias y cuando inicia su producción en Murcia a mediados de los ochenta, sorprende al personal con su línea clara y expresiva, y contribuye en gran medida a elevar el panorama estético regional a primera línea nacional.”
Joaquín Alcaraz
(Galerista y miembro de la Asociación Española de Críticos de Arte)

“Pero, de repente, algo cambió el panorama sombrío de mi realidad… ¡¡Rayos y truenos!! ¿Qué será? La calle del Cañón se asustaba sin disparar, algarabía de gente, todos Oh! Oh! Por fin llegó un pintor… Torbellino + Bullicio = Tiburcio… y entré en el color y en la realidad… él ganaba, yo bajaba ¡Vaya palo! Él arma ruido y sin cañonazos en el cañón… ¿Me cambiarías tres por uno tuyo?… Así es, así se pinta.”
Dora Catarineu (Pintora).

“…Y hoy, años después, puedo contemplar admirado la fluidez del mensaje apasionado que dejan los colores en sus lienzos llenos de alegría. Porque yo a Vicente Tiburcio lo conozco siempre alegre, y, por supuesto, su pintura transporta la misma sonrisa que eleva sus carrillos, derramando en el espacio que ocupa, una sensación de que la vida es bella, sin necesidad de ningún Oscar.”
Ramón Burcet “Moncho” (Escritor)

“Frescura, fuerza, alegría, desparrame de vida y color, versátil, heterogéneo, rayo que no cesa, la vida puesta al día, vida aun agonizando. Hasta la muerte la haces luminosa”.
Juan Antonio Cortés Abellán (Artista Plástico)

“Sea de la manera que sea, no hay más remedio que recapitular y agudizar la vista ante la belleza de sus pinturas y, abrir los sentidos ante la esplendidez de los colores que utiliza, para, al fin, hacernos melómanos de esta sinfonía del color que invade sus creaciones. Yo adoro su pintura por la alegría que transmite, te hace vibrar, es una pintura que hace que no te aburras mirándola, porque no hay monotonía. Suele deslizar reflexiones que acompañan a sus pinturas y que nos van atando cabos, explicaciones que consiguen elevar el espíritu de la mayoría de personas que las contemplan”.
Morerica Galán (Escritora)

“Destacaría la estridencia y la calma a la vez del color (que no deja indiferente a nadie) en el sosiego y la calma de sus paisajes.”
Rosario Arcas (Profesora de Lenguas Clásicas)

“Tu pintura es para mí un acompañamiento. Cuando la miro, ahí, colgada de la pared de mi salita, me siento acompañada, reconfortada e importante. Es el regalo perfecto que puedes hacer para alguien especial. Es densa y liviana, depende de la mirada en ese momento. Es envolvente y silenciadora. Distraída en apariencia, pero inmersa en un mundo de pasión, color, expresión y magnificencia. Es alegre, divertida, enamoradiza y, sobre todo, es tuya. Como la mano de un hermano que te acaricia y te abriga cuando sientes frío.”
Doribel Ramírez (Gestor de Banca Premier y Masajista)

“Creo que eres un artista en todas las facetas que dominas y una personalidad atrayente hacia los demás por esa “chispa” que te hace diferente y especial”.
Gloria Melgarejo (Ingeniera Química)

“Placer. Frescura, fuerza, alegría, desparrame de vida y color.”
Mª José Martínez Cánovas (Enfermera)

“Tu pintura me transmite una visión de un trasfondo profundo dentro de lo cotidiano”
Mª Rosa Sánchez (Agricultora)

“Para mí tu pintura es movimiento, explosión de color, desnudez, dulzura. Sensible, atrevida e inocente a la vez, llena de luz y en ocasiones oscura. Esta obra no deja indiferente.”
Mª Dolores Dayer (Fotógrafa)

Buenas noches amigo, aquí en ese otro lado que nos separa del “charco”, vive una persona que te estima, que te recuerda, que te buscó, que entiende el lenguaje perfectamente de tus obras porque fuiste mi mejor maestro. Me ponías en la palestra ante algunos para explicarles el sistema diédrico; (que por cierto me encantó), y muchos de mis compañeros se reían porque pensaban que era lenta en detenerme en esos aspectos; pero me detuve. Tal fue la decisión, que fui avanzando como hormiguita hasta llegar a México. Tras los años que llevo separada y encontrando a personas honestas como mi amigo Vicente Tiburcio Caballero, quien pinta con las entrañas, la pasión, el sentir romántico de todo lo físico que se pueda mover y dar luz como el ruido o el brillo de las luciérnagas. El trazo seguro y jazzístico de sus líneas en sus dibujos, se desdibuja en manchas o máculas desinteresadas y libres de color y forma; eso es excepcional.
Y para finalizar, porque el Sir. Vicente me pidió que no fuese un texto a doc, pues ahí le van esas letras, estimado amigo. Te hice caso, todo natural, sin formalezas y que surja.
Te quiero mucho amigo.